Ser católico en China puede costar caro, sobretodo para un sacerdote. Existen hoy muchos ejemplos de sacerdotes y obispos que por no dejar su trabajo misionero han perdido la libertad e incluso su vida. Uno de ellos es el Obispo de Xiwanzi, Hebei, Mons. Leon Yao Liang, de 85 años, quien en enero de 2009 fue liberado luego de permanecer 3 años en prisión.
Al Obispo, se le prohibió ejercer su ministerio, salir del territorio de su parroquia y presidir asambleas, pero se sabe que unas 1.000 personas asisten a la misa dominical que celebra.
Se cree que en estos momentos 12 obispos y 11 sacerdotes se encuentran privados de libertad o forzados a vivir en la clandestinidad. Todo por ser fieles a Cristo y a su Iglesia.
En La India la situación no es muy distinta, pues los cristianos han sido víctimas de una sangrienta persecución. La violencia estalló después del 23 de Agosto de 2008, luego de que un líder de un grupo extremista fuera asesinado; sus seguidores acusaron a la minoría cristiana de la zona de estar detrás del ataque, situación que esta negó. Fueron meses de violencia, durante los cuales grupos hindúes radicales arrasaron todo, matando a más de 100 personas, destruyeron al menos 5 mil hogares y 171 iglesias y capillas.
Pese a todo esto, los obispos del Estado Federal de Orissa señalaron que la iglesia seguirá sosteniendo su obra social: "Como Jesús, nosotros también pedimos por los responsables de estos crímenes", y también para que "podamos proseguir nuestra vida cristiana en este país".
