Apagón en familia

Es increíble lo fácil que se olvidan las cosas simples de la vida familiar, a veces, es necesario un acontecimiento externo para valorar algo tan simple como la comunicación entre esposos e hijos.

Anoche, cuando llegaba a mi querido Talagante, miré mi reloj, y decidí ir a misa, empezaba a las 19:30 hrs… estaba justo en la hora; afuera caía una leve lluvia. En la mitad de la misa se corta la luz… apagón…, la misa siguió con normalidad; el templo en la oscuridad total, solamente la luz de los cirios encendidos en el altar dejaban ver las siluetas de los asistentes y la cara del Padre Luis. Fue especial… el ambiente invitaba al recogimiento…en fin, la misa terminó y cada cual salía a su hogar en medio de un fuerte aguacero.

En el colectivo me suena el celular, era Cecilia que me contaba que Monserrat y Alfredito lloraban a mares porque no había luz en la casa. Monserrat, la más grande, estaba preocupada por cómo iba a llegar su papá a la casa en medio de la oscuridad.

Finalmente, estando todos reunidos en casa, afuera la lluvia, sin luz, sin televisor, sin computador; comiendo a la luz de las velas (y de dos cirios), comenzamos a hacer lo único que nos quedaba… compartir en familia.

La conversación fue genial, compartimos anécdotas de nuestra infancia, cuando se cortaba la luz y compartíamos con nuestros padres; los niños nos contaron sus miedos, miedos de niños a la oscuridad… monstruos que pueden aparecer debajo de la escalera, o peor aún, que los pueden estar esperando en sus piezas ( ja! ). Es rica la sensación de sentirse “el papá” que los protege de la oscuridad y de los monstruos.

A la hora de acostarse, hubo que acompañarlos, vela en mano, a lavarse los dientes, subir en patota la escalera (mi casa es de dos pisos). Finalmente nos acostamos los cuatro juntos… ahí fue lo más rico, en medio de tallas y bromas nos fuimos quedando dormidos… ¿a qué hora llegó la luz?, nunca lo supe. Eso sí, desperté, con más energías y con el sentimiento de amar mucho más a mi familia.

Gracias bendito corte de luz ¡… gracias a la lluvia también.